Bienvenideando.

Hola, soy la nueva.
Llevo más de un año sin escribir porque eh, he estado ocupada. Bueno por eso y porque soy una puta vaga nata. La verdad es que no estoy inspirada ni lo más mínimo; he tenido un día de mierda y ni si quiera estoy ebria. Pero aquí estoy, aporreando las teclas e intentando engañarme de qué estoy concibiendo algo útil.
Lo maravilloso de esta noche, del verano en general, es que me provoca una repulsión desmesurada. Visto así, diríais que es el momento idóneo para escribir. No joder, no me salen las palabras. Llevo 14 minutos atascada en esta frase, y aún no sé lo que voy a teclear después. Bueno sí, puedo contaros lo del día en que mi internacionalmente reconocida paciencia estalló; o lo de este otro día en el que decidí qué cojones quería hacer con esto a lo que llamo mi vida. Pero ¿para qué? si a vosotros os la trae floja y a mí no me apetece hablar de ello. Tampoco voy a soltaros aquí un petardazo filosófico de esos de los míos que según dicen "son un coñazo", pero meh, que es una primera entrada del blog. Y que os voy a ser sincera,  la escribo porque habrá que abrir esto de alguna manera.

No espero que perdáis vuestro tiempo en leer esto, ni siquiera quiero que lo hagáis. Es más, tampoco aguardo que os llegue a gustar ni un poquito. Hago esto meramente porque si a día de hoy me preguntaran ¿cómo te van las cosas? sólo sería capaz de decir que mi vida es jodidamente soporífera; que necesito hacer alguna gilipollez, por absurda que sea, para contarrestar el hastío del verano. Porque lo creáis o no, a mí, que nunca me he quejado de carencia alguna, me falta lo más significativo y trascendental de cualquier día de verano. Un helado, jolín.